Da igual...no
importa.
No importa lo que aprendas, el tiempo que pase.
Si acariciaste otras manos o besaste otros labios,
Si deseaste otros brazos, o si encontraste su olor en otro
cuerpo.
Da igual…no importa.
Contra las cenizas de tu olvido me revuelvo.
Y contra la esclavitud de tu amor me rebelo.
Ante mis sueños incumplidos, reviento,
Y ante mis miedos más ocultos, desfallezco.
Porque incluso cuando se saborea la libertad de otro sexo,
El esclavo reconoce a su dueño, y en ese mar, el alma,
A sorbitos…va poniendo a salvo sus secretos.
Da igual…no importa.
Inútil fue mi lucha, estéril mi pecho.
Un fracaso mi cordura, porque mi refugio
Sigue siendo tu lecho.
Un lecho que no es, ni será. Y por eso,
Mi alma vaga, en ese trecho que separa
Mi mundo irreal, y el tuyo,
el cual, puede que no pise jamás.
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