sábado, 4 de enero de 2014

Debilidades

“Ella. Ella era mi conexión con el resto el mundo. Si no la hubiera conocido, no hubiera conocido la que seguro es la mejor versión de mí mismo que jamás existirá. Si no la hubiera tenido entre mis brazos, al menos esa única vez, nunca hubiera sabido a qué huele la gloria. Si no hubiera escuchado junto a su respiración el silencio del alba, todos mis amaneceres se hubieran quedado en meras antesalas del mañana, otro más. Si no hubiera contado con ella las estrellas esa noche, yo no sabría ni contar los dedos de mis pies hoy día…

Estoy hecho para la guerra. Desde niño me costó mostrar afecto, pero siempre fue fácil para mí pelear, nunca tuve miedo de perderme o quedarme sólo, y el abandono de mis padres apenas lo valoré siempre como un signo más de que yo no era más ni menos que un hombre, adaptado a la indigencia del calor humano, pero con un destino: las armas.
[…]

Siempre he sido consciente de lo frágil que es el cuerpo, pero nunca imaginé que no sería el miedo a la muerte, sino el miedo a la vida, a la pérdida, lo que me robaría definitivamente las fuerzas.”

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