martes, 3 de abril de 2012

Sala de urgencias


Urgencias,
El suelo donde ninguno piensa
Que tendrá que pisar.
La sala donde todos, en algún momento,
Nos encontramos.

Es curioso, que la vida
Y la muerte
Puedan convivir, por unos instantes
Bajo el mismo techo.
Entre el mismo aire que roza
Tu herida, la suya,
Sus lágrimas, las tuyas,
Su angustia y tu grito.
El silencio.
A veces un silencio,
Desconocido, opaco, sordo.
Roto por metal, goma o ruedas,
Que pisan un suelo
Con un ruido también
Desconocido, opaco, sordo.

Urgencias.
Donde lo leve y lo grave
Se encuentran.
Donde resignación y esperanza
Pelean.
Sin que el mundo siga girando allá afuera,
Siendo sólo una, la verdad que anhelas.

Es curioso, que la visión 
de un niño disfrazado,
Sin camisón.
El joven, recuperado, en pie,
Sin silla de ruedas.
La mujer caminando, tranquila,
Tras su embarazo.
Un hombre anciano, resucitado,
Sintiéndose roca, roble, inquebrantable
Tras el naufragio.
Todo esto es lo que da color a esos pasillos,
Y no las paredes.
La voz de los enfermeros es la música,
Que entra por cada sala.
La presencia del médico es el bálsamo
Que nutre cada cama.

Un universo paralelo,
Donde lo que importaba cae,
Y lo que estaba olvidado luce.
Donde gana quien resiste,
Y pierde quien ya estaba asustado
Antes de empezar.

El universo
Donde lo material, tortura,
Y lo espiritual, cura.
Donde lo superficial, te encadena,
Y el interior, te libera.

Ése espacio en el que sólo lo esencial,
Se queda.


No hay comentarios:

Publicar un comentario