martes, 1 de mayo de 2012


Te solté…
El sabor de mirarte,
El olor de tu música,
El tacto de tus sinsabores.

Te solté…
Aunque ese día mi alma me volvió la espalda,
Aunque me asfixiaba más tu ausencia que tus cadenas.

Solté de repente todos tus recuerdos,
Que eran mis sueños;
Y todos tus miedos,
Que eran mis carceleros.

Te solté…
Porque no se puede vivir amarrado,
Y porque fue mi libertad
La que me permitió conocerte, para bien y para mal.

Entonces, es a ella quien le debo esta vida…y la siguiente.

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